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ToggleCuando vamos a realizar una mudanza, casi siempre se olvidan algunos detalles, que son claves para evitarnos problemas y disgustos.
Una de estas claves es el embalaje, ya que si no somos profesionales, creemos que todo va en cajas y listo. No sólo es la forma de embalar, sino el material que usemos para cada tipo de objeto, según su fragilidad y características propias.
Si no desarrollamos de forma correcta el embalaje, es posible que nos encontremos con algunos de estos errores que se pueden cometer durante una mudanza: Deterioro o daños en la mercancía, retraso en los tiempos de tránsito, manipulaciones ajenas o el rechazo por parte de la compañía de seguros ante los desperfectos. Si ya explicamos los consejos para organizar una mudanza, hoy nos centramos en el embalaje, desde nuestra perspectiva de empresa profesional especializada en este tema.
Los distintos tipos de embalaje y algunos consejos
Para realizar el embalaje de forma adecuada, es necesario conocer los tipos qué existen. Para explicarlo de forma simple, los hemos dividido en dos tipos: externos e internos.
Embalaje externo
Es el embalaje que se encuentra en la parte de afuera y que puede contener objetos embalados internos. Lo más normal, son las cajas de cartón, aunque también hay otros tipos como el plástico, de diferentes tallas y calidades.
Para seleccionar el mejor tipo de embalaje externo, le recomendamos que sea un material rígido, ya por ejemplo una caja de cartón aguantará mejor un golpe que una bolsa de plástico flexible. A la hora de elegir las cajas de cartón, una buena elección, es siempre el cartón ondulado, por ser duradero y robusto.
Otro consejo, es que uses cajas de tamaño adecuado con lo que se guarde dentro, porque los huecos vacíos provocan que se puedan doblar fácilmente, evitando cumplir su cometido. Para evitar esto, podemos meter piezas de cartón o relleno de espuma expandida, para que se distribuya la presión de manera uniforme. Por último, cuando selle las cajas con la cinta adhesiva, recuerde hacerlo en forma de H y con varias capas, para evitar que se pueda abrir fácilmente.
Embalaje interno
Ahora vamos con el tipo más complicado, el embalaje interno, del que nos podemos encontrar más tipos que en el externo.
El embalaje interno nos ofrece la protección de los materiales durante el transporte, amortiguándolos de vibraciones y golpes, con el fin de mantenerlos intactos. Dentro de este tipo podemos encontrarnos: hojas de espuma de polietileno, láminas de plástico de burbuja, papel de embalaje, cartón corrugado, embalaje inflable, embalaje modular, espumas moldeables o espumas o virutas de polietileno expandido (relleno).
Dentro de todos estos tipos hay variaciones según lo requiramos, por ejemplo, con el grosor de los plásticos de burbuja. Es esencial elegir bien el tipo, porque si tenemos una burbuja con poca presión, no realizará de forma adecuada la protección de los objetos. Este tipo es muy usado y el más conocido, por su polivalencia a la hora de amortiguar los golpes. Con este material se podría embalar los objetos que contienen los muebles, como cristalería u objetos decorativos. Es importante que los elementos más frágiles (cerámica o cristal) vayan envueltos de forma individual, para que no hagan contacto entre ellos. También es aconsejable, incluir algunas piezas de cartón entre ellas, para asegurarnos de que acabará intacto.
La experiencia y la especialización es un grado
Es cierto que hay muchos detalles y demasiada información respecto a un buen embalaje, es por ello que te aconsejamos que contrate a una empresa profesional especializada.
En Terracargo, somos desde hace mucho tiempo una de las mejores empresas de mudanzas en Málaga, con equipo experto y experimentado en todas las tareas derivadas de las mudanzas.